|
[Vida] Tomando de la mano a los abuelosAutor: JEFFI CHAO HUI WU Fecha: 14-7-2025 Lunes, 11:26 a.m. ········································ [Vida] Tomando de la mano a los abuelos Desde el momento en que mi hijo llegó al mundo, supe que en mi vida había dos fuerzas suaves pero firmes que me guiaban—no venían de mí, sino de esos dos ancianos que están a mi lado, quienes se entregan en silencio y son como hojas verdes—mis padres, que son los abuelos de mis hijos. Desde el día en que nacieron, estos dos niños han sido prácticamente llevados en las manos y mimados con un amor infinito por sus abuelos, quienes los cuidan con esmero y atención. Hasta hoy, los niños han crecido, pero cada vez que estoy con sus abuelos, esa cercanía y dependencia no ha disminuido en lo más mínimo. Do you remember when they were little? As soon as I put on a stern face and was about to scold them, Grandpa and Grandma would rush out from the living room, blocking them like they were protecting newborn fawns: “Don’t scold before meals; it affects appetite and digestion.” I had to swallow my words. Just after dinner, when I wanted to say a few things, “You can’t speak harshly right after eating; it hurts their feelings and affects absorption.” Made a mistake at night? No way, “Don’t reprimand them before bed; it affects their sleep.” Just got up early in the morning? “Aren’t you afraid of scaring them?” Thus, I became the only one not allowed to “educate” the kids. As long as Grandpa and Grandma were around, the kids always managed to escape unscathed. And even when they weren’t there, I couldn’t resist the two little ones’ “hotline” — “Grandpa, Dad just scolded us again.” Then, I would wait for my father’s resolute reprimand on the other end of the line: “You can’t be too harsh!” Los niños crecieron en Sídney desde pequeños, pero nunca se sintieron tan solos o distantes como la mayoría de los niños de familias inmigrantes. Porque desde el principio, sus abuelos los envolvieron firmemente en amor. Durante los años de jardín de infantes y primaria, sin importar el clima, sus abuelos los llevaban y traían de la escuela todos los días. Los dos niños, uno de la mano de su abuelo y el otro de la mano de su abuela, caminaban por la calle, y sus mochilas siempre eran tomadas por sus abuelos para llevarlas. Al salir de la escuela, antes de que los niños cruzaran la puerta, esas figuras familiares ya estaban de pie afuera, sosteniendo sus bocadillos favoritos: tortitas de papa, donas, y a veces, bollos de frijol rojo tibios. Esa imagen se convirtió en la nota más cálida de sus recuerdos de infancia. Two little ones, one for each, holding their grandparents' hands, walking slowly. Después de entrar en la escuela secundaria, los niños gradualmente ya no necesitan ser llevados y traídos. Pensé que los abuelos ya deberían "jubilarse", pero no esperaba que ellos siguieran apareciendo puntualmente en la estación de tren. Cada tarde, esperan puntualmente, sin importar el clima, no por otra cosa, sino por esa porción de bocadillos que han continuado durante años y una sonrisa tranquilizadora. A pesar de saber que los niños ya pueden regresar a casa por sí mismos, ellos aún eligen esperar, porque siempre están preocupados. Solo cuando los niños se graduaron de la universidad, los abuelos realmente dejaron de lado esta responsabilidad que ellos mismos se impusieron. Hoy en día, los niños ya han crecido y son mucho más altos que sus abuelos. Cuando hablan, lo hacen de manera ordenada y lógica, pero tan pronto como se dirigen a sus abuelos, su tono sigue siendo infantil, como en su niñez, haciendo pucheros, bromeando y pidiendo abrazos, sin la torpeza ni la rigidez de los adultos. Y los abuelos, invariablemente, los miman y los consentidos; cada vez que la abuela viene a casa, siempre trae una caja de chocolates y unas bolsas de papas fritas—los niños ya no son estudiantes de primaria, pero aún pueden sonreír como si tuvieran tres años por un trozo de chocolate. Una vez salimos juntos, y en la entrada del supermercado, vi a dos niños que parecían adultos, uno a la izquierda y otro a la derecha, agarrando de la mano a sus abuelos, riendo y charlando mientras caminaban entre la multitud. En ese momento, de repente sentí que se me humedecían los ojos. Sí, cuántas personas no tienen la oportunidad en toda su vida de caminar una larga distancia de la mano de sus abuelos, mientras que mis hijos, desde que balbucean hasta que se erigen con gracia, desde sus primeros pasos hasta entrar en la sociedad, nunca han soltado esas manos. Sé que días como estos no son algo que se deba dar por sentado. En este mundo de ritmo acelerado, donde los lazos familiares a menudo se reducen a fragmentos de tiempo, tener la compañía incondicional de los abuelos es la mayor bendición en la vida de un niño. Más aún, este amor no es una pasión momentánea, sino un compromiso constante que dura décadas: nunca ausente, nunca a medias. Como padre, quizás no siempre soy tierno, ni siempre paciente, pero los abuelos, con su amor incondicional, han suplido la parte más suave del crecimiento de los niños. Ellos son el puerto emocional de los niños, son esos brazos que siempre están abiertos, son el faro en el que siempre pueden confiar a lo largo de su viaje por la vida. Durante muchos años, cada vez que salían, los dos niños seguían de la mano, uno a la izquierda y otro a la derecha, de sus abuelos. Esa escena parecía haber regresado al atardecer frente a la puerta del jardín de infancia—solo que en aquel entonces los pequeños eran los niños, y ahora los pequeños son los ancianos que más aman en su vida. La conexión que sostenían en sus manos ya había completado la transición de ser cuidados a cuidar activamente. Two big guys, one for each, holding Grandpa and Grandma's hands, walking slowly. Pero lo que no cambia es ese amor, esa línea, que nunca se ha roto. They hold their grandparents' hands, and also hold that part of memory that belongs to home, to family affection, and to a bond that can never be severed throughout their lives. Cuando los nietos no salen juntos, yo, en su lugar, tomo de la mano a los abuelos y camino despacio. Until now, Grandma's chocolate and chips are still here! Mientras escribía, mis ojos estaban siempre húmedos. Escrito el 14 de julio de 2025 Source: https://www.australianwinner.com/AuWinner/viewtopic.php?t=696860 |
|